Vives o SobreVives?

Puede parecer una pregunta con respuesta obvia pero quizás no te has parado a pensar aún cuál es la diferencia entre ambos verbos activos y en cuál te encuentras o te sientes identificada. Vives o SobreVives?

En estos tiempos pandémicos nuestra Salud Mental se ha visto afectada en mayor o menor medida y desde luego nuestras rutinas han variado bastante. De alguna manera aunque aparentemente parezca que no nos influya, si no identificamos un trastorno como tal, si conseguimos llevar ese protocolo diario, el tema corona y sus medidas no salen de nuestra cabeza.

Está ahí inconscientemente todo el tiempo. Personalmente a mí me ha cambiado el hecho de que, por un lado vivo el presente, cosa que está bien y es vital, pero hacer planes a largo plazo no lo veo factible. Mi mente no lo permite. Obvio es un trabajo personal que voy haciendo para romper con esta idea progresivamente.

Puede haber afectado a diferentes áreas de nuestra vida, también dependiendo del tipo de actividades o estilo de vida que llevásemos antes de la pandemia. Todo influye, es sumativo, a veces en positivo y a veces en negativo, no podemos negarlo.

Un buen ejercicio es analizar qué aprendizajes hemos recibido en este tiempo a pesar de que por supuesto, no podemos obviar lo que nos afecta o nos hace sentir mal, pues evitarlo no lo invalida ni lo hace desaparecer. Es también objeto de análisis.

Un ejemplo sería el que utilicé al comenzar este texto. Pero de manera más profunda, buscando un verdadero significado a lo que esta situación ha influido en mí. Según nuestra filosofía de vida o nuestra forma habitual de entenderla. Ese castillo moral y que nos motiva puede estar ahora un poquito débil. Y esta supervisión nos resultará útil para fortalecer esos cimientos.

La Pandemia me ha ayudado, aunque suene raro que algo de lo que está ocurriendo favorezca, a vivir el ansiado momento presente. Ese del que los que practicamos yoga tanto hablamos e incidimos para conseguirlo. Ahora solo vivo de cara a «el ahora». La parte negativa es que sería genial que no fuera producto de no querer visualizar a largo plazo por el miedo a que no llegue. Esto no es solo producto de la pandemia, sino de la mochilita que una ya llevaba, como cualquier ser humano.

Por otro lado creo que valoro aún más los momentos conmigo misma, ese tiempo que me dedico de manera consciente, para desconectar de verdad porque tanto protocolo me provoca ansiedad. Una ansiedad que creía evolucionada pero ha vuelto intensita. El lado positivo es que ahora me entiendo, sé por qué me ocurre, la identifico antes y tengo estrategias para que convivamos.

Este análisis a mí me sirve para saber en qué tengo que concentrarme. Para revisar mis prioridades, para recordar mi para qué hago las cosas, el por qué estoy aquí y he tomado determinadas decisiones. Lo que está fuera nos hace daño si permitimos que vaya hacia adentro. Pero somos humanas y pues, a veces pasa. Porque no podemos controlarlo.

Por eso hablamos de vivir o sobrevivir. Que el día pase, que las semanas transcurran, o que estés presente y disfrutes. O al menos tomes conciencia de tu existencia, con su toma de decisiones, con actividades que te aporten y no te convierta en autómata. Meros robots que esperan que todo pase.

Es un tema clave que antes de esta situación que estamos viviendo ya era importante plantearnos. De hecho lo tenía en la lista de cuestiones sobre las que quería indagar más. Desde dónde vivimos, de dónde nace la energía que nos mueve cada día. Un simple cumplir o deber, la idea romántica de «ya estaré mejor cuando todo pase», pero, y si no pasa? debe una situación a largo plazo definir mi vida o puedo hacer que algo cambie?

Te lo habías planteado antes? Deseo que te cuides mucho y le des cariñito a tu Salud Mental. Esa que aunque ahora está en auge hablar de ella, sigue siendo la gran olvidada.

Con Amor,

Alejandra

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *