Este post, «Los 3 pilares básicos de las Relaciones Sociales: Empatía, respeto y asertividad», comienza poniéndonos al día sobre lo que son estos conceptos aplicados a la realidad.
Si queremos tener relaciones sociales efectivas y en armonía, tenemos que valorar primero si lo básico nos ha quedado claro.
Quizás habitualmente erramos o nos sentimos incómodos o inseguros durante las mismas, a causa de las falsas creencias y los roles sociales que hemos aprendido.
Empezamos!!!
1. Empatía: ser capaz de ponerse en el lugar del otro para comprenderlo.
No se trata de compartir ni justificar acciones o pensamientos. Solo poder entender estando 100% bajo dicho punto de vista: con sus experiencias, su estilo educativo, creencias, etc.
No vale el, “si yo fuera tú”, porque no se trata de eso. Es una confusión muy común sobre este término. Al principio parece difícil porque nos hemos acostumbrado a crearnos una opinión basada solo en nuestro criterio y no según la realidad de la otra persona.
No se trata de que tengamos que tener relaciones efectivas con todo ser humano. Pero sí nos ayudará a cambiar nuestra perspectiva, más allá de lo que apreciamos por lo que no entendemos.
Otro pilar clave, que va más allá de las relaciones sociales, y diría yo que está más relacionado con la gestión personal de emociones, sería elegir con qué personas queremos seguir fomentando estas relaciones. O bien decidir que NO nos aporta.
Pero la teoría que tratamos hoy en el post, lo que nos explica es cómo poder relacionarnos con quien sea. Incluso no juzgar, a priori, la información que nos llega del entorno. Incluido lo que vemos en las noticias, lo que nos cuenta la vecina, el problema de tu amiga en la oficina etc.
Las historias tienen más de una versión. Y no es que una parte mienta, sino que ante una misma situación, cada persona puede vivirla y percibirla de distinta forma. ¿Cierto que les vienen ejemplos a la mente?
La empatía no es selectiva.
2. Respeto: Teniendo en cuenta el pilar anterior y según lo que queremos para con nosotros.
Eso quiere decir que bajo ningún concepto juzgamos. Simplemente aceptamos que igual que nosotros tenemos creencias, opiniones y pensamiento, o formas de ver la vida distintas, no por ello nuestra visión es mejor ni peor. Solo diferente e igual de respetable que otras.
Incluso aunque no comprendamos habiendo puesto en práctica la empatía. Porque todos, y digo todos, merecemos respeto.
La violencia tanto verbal como física empieza con pequeñas faltas de respeto que hemos naturalizado tanto en nuestras relaciones sociales, que cruzar la barrera es muy fácil.
Podemos violentar a alguien sin gritar, insultar o pegar. Con nuestra expresión corporal, por ejemplo.
3. Asertividad: El pilar número 3 se basa en ser capaces de exponer nuestras opiniones de una manera adecuada. Sin dictar sentencia, sin ofender.
Si aprendemos a ser asertivos podremos hablar de cualquier tema incluyendo los considerados tabúes, puesto que lo haremos con toda la humildad y respeto del mundo.
Tenemos que tener en cuenta que para tener buenos diálogos y discutir sobre algo, que no significa hacerlo enfadados sino exponer posturas, debemos tener como premisas que:
- Nuestra opinión no es tan importante. Lo es para nosotros y a lo largo de nuestra existencia, aquello por lo que tanto insistimos en una conversación puede variar en el tiempo. Forma parte de madurar.
- No se nos va la vida en ello. Regularemos la energía. ¿De qué vale la pena enfadarse? ¿Ayuda en la defensa de nuestro criterio o desgasta?
- Solo queremos poder debatir o postularnos sobre algún tema por compartir o por interés.
- Si se cumplen los pilares anteriores la libertad de expresión será, y será la correcta. Porque lo incorrecto es creer que significa decir lo que quiero sin filtro.
- Lo políticamente incorrecto no está reñido con la educación. La frase “tu libertad acaba donde empieza la mía” limita bastante bien donde están las formas, no el contenido si sabemos trasmitirlo.
No se trata de convencer a nadie, sino de tener relaciones sociales efectivas y poder entablar conversación sobre cualquier tema.
En el siguiente post nos adentraremos más en estos 3 pilares básicos, exponiendo ejemplos del día a día donde, con un poco de práctica, sería muy fácil llevar a cabo estos principios vitales para con todo lo que nos rodea.
La psicología y educación cognitiva van de eso: las cosas cambian si se trabajan, si se reestructuran. No aparecen de repente en la cabeza…
La magia no es más que el trabajo que hay detrás de un cambio.
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Feliz día!!!