Medicación Vs Terapia Cognitiva

Hoy me arriesgo a hablar de los fármacos que recetan a los niños con TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad), TEA (Trastornos del Espectro del Autismo), etc. Soy consciente de que es un tema que preocupa mucho a familias y profesionales.

No voy a nombrar ninguno en particular, tampoco a los especialistas. Hay de todo como en botica. No estoy en contra de los medicamentos pero creo que tienen que estar bien administrados y supervisados, y esta es la razón de la que proviene mi queja. El mal uso. Medicación Vs Terapia Cognitiva.

Hay veces que sí es necesario medicar, pero la mayoría de los medicamentos utilizados en estos diagnósticos son para mejorar la atención o reducir el exceso de actividad motora o bien para inducir el sueño. Su función es la de regular a la vez que enseñamos a los peques en terapia cognitiva estrategias para resolver en la medida de lo que cada uno pueda según sus capacidades.

La experiencia me dice que se medica en exceso y sin control, les dan cita para el año siguiente cuando hay algunos medicamentos que especifican que no se deben tomar durante más de 4 meses, pero sí se hace. De hecho esto está denunciado, llevado a juicio, ganado y modificado en Estados Unidos con uno de esos fármacos, pero estamos es España.

Entonces algo falla. El Sistema Sanitario Español lo primero, porque si a los niñ@s con Autismo o Trastornos de Lenguaje, Atención e Hiperactividad los cita el neurólogo y el psiquiatra, si lo requiere, una vez al año, el seguimiento no es correcto. A veces y según me cuentan muchas familias simplemente les hacen algunas preguntas y en base a eso y al peso del paciente aumentan la dosis y hasta el año que viene.


Es importante que los niñ@s asistan a especialistas de la salud mental para realizar tratamientos terapéuticos no solo farmacológicos.

Incluso he de decir que he escuchado a otro tipo de  profesionales como personas que dirigen herbolarios, hacer recomendaciones y críticas sin tener ningún tipo de formación en este ámbito, pero como el producto es “natural” pues es más fácil venderlo.

Total, ¿qué se puede perder?  Mucho. Los productos naturales al igual que los farmacológicos son compuestos que reaccionan químicamente en nuestro organismo. Un kiwi es natural y a muchas personas produce alergia.

Con esto quiero decir que aunque estén pasando por situaciones en las que por desesperación o desconocimiento prueben diferentes recursos (que se comprende perfectamente), hay que tener mucho cuidado. Informarse bien (ni por exceso ni por defecto), contrastar, ser objetivos, pensar que si nos recetan una medicación tendrá que haber un seguimiento. Porque otra cosa que no les cuentan y que los terapeutas vivimos son, por un lado los efectos secundarios de ciertas medicaciones a largo plazo y por otro la creación de la dependencia a dicho fármaco.


He escuchado decir a pacientes que el mérito de que se concentren es de la medicación y no estoy de acuerdo. Sí ayuda pero el trabajo cognitivo es muy importante por no decir el que más.

Hablamos de Trastornos del Neuro-desarrollo no de otras patologías psiquiátricas donde entiendo que los protocolos y las enfermedades mentales se tratan de otra manera. Pero NO es nuestro caso.

Si saco mi lado políticamente incorrecto, podría decir que sin nombrar fármacos ni especialistas a mí me da que sospechar que ciertos profesionales den el mismo medicamento, mismo nombre, diferentes patologías y ninguna en estos casos las he compartido cuando he leído el informe.

Como siempre les digo, es mi opinión según mi experiencia en años de profesión. Soy Pedagoga no Médico, pero intento explorar e informarme acerca de todo lo que rodea a mis pacientes y les influye durante la intervención y este ámbito es uno de los que más me preocupa. Hablo con otros profesionales que sí son del gremio relacionado con la farmacología y la medicina aplicada a la salud mental para poder contrastar lo que expongo y opino.

También creo que es interesante nombrar que no todos los TDAH están bien diagnosticados al igual que habrá muchos niñ@s que sí puedan tenerlo sin saberlo y no están recibiendo tratamiento. En ocasiones tanto en positivo como en negativo se puede confundir con Trastornos de Conducta. Teniendo en cuenta que las baterías que se suele pasar por cuestiones de tiempo en la sanidad pública son bastante escuetas y sencillas es muy fácil caer en el error.


Mi conclusión: LA MEDICACIÓN ES PARA LOS CASOS EN QUE REALMENTE SEA NECESARIO (cuando a priori sea una razón de peso que ponga en peligro su autonomía e integridad física o la de los demás), y para regular, con un control y no de por vida o modificada según el peso. Siempre acompañado de terapias psico-pedagógicas.

Tenemos que enseñar a los niñ@s a no depender de una pastilla, a ser conscientes si es posible de su diagnóstico y a “entrenarse” mediante tratamientos cognitivos. Es un aprendizaje constante, pero vale la pena.

Personalmente prefiero un caso con el que me cueste trabajar, que tenga que poner todo de mí para modificar esos comportamientos aunque sea muy complejo (de los que te hacen sudar en una sesión), que enfrentarte a pacientes con esas medicaciones que parece que no estén, que son por completo manipulables. Eso sería lo fácil, y por desgracia muchas personas dedicadas a la discapacidad lo prefieren.

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