El DSM-V ha modificado sus criterios a la hora de valorar a una persona con TEA y hace la clasificación según niveles de apoyos 1-2-3.
(Nivel de apoyos 1 sería menos necesidad de ayudas y el 3 el que más).
El DSM-IV publicado en 1994, definía el autismo y sus trastornos asociados como “Trastornos generalizados del desarrollo” (TGD). En el DSM-5, esta definición ha sido sustituida por el término “Trastornos del espectro del autismo” (TEA), que han sido incluidos a su vez dentro de una categoría más amplia de “Trastornos del Neuro-desarrollo”.
La realidad es bien distinta. Por ejemplo, a un niñ@ con Síndrome de Asperger que ya se le ha explicado y lo ha entendido (con lo que ello supone en cuanto a favorecer su estado emocional) no le vamos a cambiar la terminología porque lo diga un manual. Es a efectos diagnósticos y burocráticos.
El autismo tampoco está asociado a un Cociente Intelectual (CI). En ocasiones hay un retraso madurativo, a veces intelectual o cognitivo. Otras influye en el lenguaje, en las relaciones sociales y en las habilidades, tanto pragmáticas como de interpretación de la teoría de la mente (entender lo que ocurre en mente ajena).
Para entenderlo mejor: existe un fallo ejecutivo y esto quiere decir que tareas de planificación, organización, secuenciación resulta más costoso para un “Cerebro TEA” que para un Neuro-típico (como diría uno de mis niños). De ahí la intolerancia a los cambios sin anticipación, porque el bloqueo entre otras cosas se da porque hay que empezar la planificación de cero y les cuesta (ya tenían planificada una estructura visual para lo que iba a ocurrir).
Toda la sintomatología no se da en todos los niñ@s. Los hay que no tienen estereotipias, o que tienen un CI alto, o no desarrollan lenguaje… hay multitud de casos. Cada niñ@ es una personita con sus características y personalidad. En cuanto a su patología también tendrá sus diferencias (como todos).
Los niñ@s con autismo sí tienen empatía. Pero hay que enseñarles, por ejemplo, a leer caras de distintas emociones y a interpretar qué siente cada persona, y además que en una misma situación podemos sentir diferente. Los niñ@s con autismo sí son cariñosos. Manifiestan sus sentimientos pero a veces hay que enseñarles a identificar lo que sienten y a regularlo, para después poder expresarlo de una forma correcta o como nos dicen que es socialmente correcto.
Hay muchos mitos en torno al autismo que iremos desmontando poco a poco. La definición de autismo puede ofrecerse de forma muy científica e identificar conductas que pensemos que pueda dar como resultado un diagnóstico de este trastorno.
Les animo a ir poco a poco conociendo el Mundo TEA sin mucha más información previa (aunque algunos ya la tendrán). Esto hace que en ocasiones se tenga una imagen equivocada y muy “de libro” sobre este trastorno. La realidad es bien distinta a lo que dice el manual y es un reto interesante conocer a la persona, sin la etiqueta de AUTISMO.